¿Conoces la película Runaway de 1984? Esta pasó desapercibida entre tantas otras que saltaron a la fama ese año, como Ghostbusters y The Terminator. Así, Runaway, escrita y dirigida por Michael Crichton, se perdió la popularidad y el dinero, y fracaso en la pantalla grande a pesar de estar protagonizada por el reconocido actor Tom Selleck. Pero a pesar de ello, esta cinta policíaca de ciencia ficción ochentera es bastante memorable por derecho propio.
Una de las ventajas de Runaway es Selleck, un actor que no suele asociarse con la ciencia ficción. En 1984, este se encontraba en medio de su carrera en la serie de televisión Magnum, P.I. De hecho, ganó un Emmy ese año por su actuación de detective privado que vive en Hawái.
Por otro lado, Crichton estaba desarrollando una reputación de acción con una visión futurista a través de novelas como The Andromeda Strain y películas como Westworld, con este última reflexionando sobre robots que parecían humanos. Finalmente, en Runaway siguió una percepción más realista de un mundo que pronto estaría lleno de máquinas útiles y otras no tanto.
En la película, Selleck interpreta al sargento Jack Ramsay, un policía en una ciudad sin nombre en un futuro cercano que ha sido asignado a la división Runaway. En ella su trabajo varía, pero sus funciones principales tienen que ver con la reparación de robots. Si un robot está actuando mal, la división Runaway se encarga.
Por esa razón, Ramsay y su nueva socia Thompson (Cynthia Rhodes) visitan granjas donde los robots se han vuelto locos al arar los campos, sitios de construcción donde estos dejan caer cosas desde el cielo y hogares donde han aprendido a usar armas.
Quizá imaginas robots con aspecto de humano, pero no, en esta película lucen simplemente como máquinas variadas. A este elemento se le sumó el villano Dr. Charles Luthor (interpretado por Gene Simmons de la banda Kiss), un científico malvado con pequeños robots araña que se adhieren a las personas y explotan.
Crichton dijo que Runaway es una película sobre “chicos buenos contra chicos malos”, girando en torno a circuitos integrados que anulan las funciones de seguridad de los robots, que Luthor quiere vender en el mercado negro. Pero la historia es una excusa para que Crichton muestre las tecnologías de su futuro imaginado, que son notablemente similares a las que vemos en la actualidad.
Pensemos en el asesinato del robot doméstico donde Ramsay se da cuenta por primera vez de que algo anda mal. Antes de que entra un oficial, la policía envía un pequeño dron para investigar, lo cual no se vería fuera de lugar en estos tiempos. Luego está el propio robot doméstico de Ramsay, que cuida a su hijo Bobby (Joey Cramer) cuando el detective no está en casa. Este le hace un seguimiento de las tareas de Bobby y cocina las comidas, algo así como una mezcla entre Alexa y una cocina robótica.
Hay algunas tecnologías en Runaway que no han funcionado del todo, pero incluso estas fallas ofrecen una mirada fascinante a un futuro imaginado. Una de las armas clave de Luthor son las balas inteligentes, que son esencialmente misiles portátiles que buscan calor. Si bien estos no existen hoy en día, las balas del programa Extreme Accuracy Tasked Ordnance (EXACTO) de DARPA sí pueden maniobrar en el aire.
Otra casi predicción aparece en forma de autos sin conductor. La estación de policía de Ramsay tiene automóviles conducidos por robots, pero estos se sitúan en el asiento del conductor para actuar como conductores.
Algunas películas pondrían esta variedad de tecnologías al frente de la historia, pero Crichton las mantiene en un segundo plano, permitiéndoles entrar y salir según sea necesario. No se trata de si la tecnología es buena o mala, sino de quién la usa.
Para muchos, Runaway es solo una película de policías cliché mezclada con algo de ciencia ficción, pero más allá de las de las predicciones relacionadas con la tecnología, es una pieza ochentera divertida para repasar.