Un artículo publicado por Bloomberg revela los problemas que ha tenido Apple en su producción del nuevo iPhone 13 a raíz de la escasez de componentes.
Debido a este inconveniente, la compañía tuvo que recortar la producción del dispositivo: redujo el número de teléfonos en 10 millones de unidades.
En un inicio, se esperaba que la tecnológica produjera 90 millones de este nuevo iPhone en los últimos tres meses de 2021. Con la reducción, algunos modelos tardarán en estar disponibles para ciertos compradores.
Varios usuarios ya han evidenciado estos retrasos. Así, si adquieren hoy (13 de octubre) un teléfono en la tienda de Apple, el dispositivo podrá ser entregado durante la semana del 12 de noviembre. Es decir, casi un mes después.
El problema de Apple se debe, principalmente, a los inconvenientes que han tenido Texas Instruments y Broadcom para suministrar sus componentes.
Los primeros ofrecen partes que son utilizadas en las pantallas, específicamente en los nuevos paneles OLED de los modelos Pro, mientras que Broadcom colabora desde hace varios años con Apple al suministrar ciertos componentes inalámbricos.
Todo indica que el problema de escasez continuará, ya que los tiempos de producción de semiconductores aumentaron a una media de 21.7 semanas en septiembre.
Según Bloomberg, la escasez de chips no solo afecta a los iPhone 13, sino que también ha provocado inconvenientes para producir suficientes Apple Watch Series 7 y otros productos.
Hasta el momento, ni Broadcom ni Texas Instruments han comentado sobre los inconvenientes para conseguir componentes, mientras que Apple tampoco se ha referido a la reducción de la producción del iPhone 13.