Las cuarentenas implementadas a raíz de la pandemia de COVID-19 han demostrado la relevancia de las computadoras portátiles.
Con muchas personas que trabajan desde casa, estos prácticos dispositivos se han convertido en una especie de aliado para enfrentar la difícil crisis sanitaria.
Su buen momento no solo se debe a su aplicación en el teletrabajo, sino que muchas personas también han recurrido a las laptops para aprovechar la gran cantidad de funciones que ofrecen, en especial las que permiten reproducir contenido multimedia o conectarse a los servicios de streaming.
En la actualidad, los portátiles son una realidad y, para muchos, un dispositivo de primera necesidad. Sin embargo, hubo una época en la que este aparato aún era un invento desconocido e incipiente.
Un portátil de seis kilos
Una de las primeras computadoras portátiles que se dio a conocer fue la IBM PC Convertible, lanzada por la compañía el 3 de abril de 1986, es decir, justo hoy cumple 35 años.
Puede que sus características no nos sorprendan hoy día, de hecho nos pueden provocar algo de risa. Por eso, es necesario ponerlo en un contexto y entender que, en ese incipiente momento, el dispositivo lanzado por IBM sí resultó avanzado para la época.
La IBM PC Convertible contaba con un procesador 80C88, 256 KB de RAM y pantalla monocromática LCD que posteriormente pasaría a ser retroiluminada.
Este dispositivo llevaba el término de convertible, ya que su pantalla LCD podía ser desmontada para que el aparato se pudiera utilizar también como un computador de escritorio.
Lo más llamativo de esta computadora era que su peso llegaba a los seis kilos, por lo que no era un aparato, precisamente, liviano. Aún así era considerada portátil y se podía llevar a todos lados (de alguna forma).
A quienes adquirían este computadora se les entregaba un manual y un disquete de arranque con varias aplicaciones, entre ellas la calculadora, el bloc de notas y el calendario.
Junto con el portátil se vendía un adaptador para conectar a un monitor CRT y un adaptador para una impresora en la parte trasera.
El valor de este incipiente computadora ascendía a los $2,000 dólares.