Con la finalización de la adquisición de Bethesda por parte de Xbox, 20 títulos de la compañía hicieron su llegada al servicio Xbox Game Pass. Los juegos de Bethesda son conocidos por una gran mayoría, ya que tienen a nombres insignes como Doom, Fallout o The Elder Scrolls dentro de su portafolio, que ahora están unificados bajo la etiqueta de Xbox.
Si tienes Game Pass y ves que la lista de opciones se agrandó tanto de forma repentina, podrías sentirte un poco abrumado y no saber por dónde demonios empezar. Para hacer la tarea más fácil, a continuación te damos una lista de los juegos más destacados que se agregaron al servicio; esto no quiere decir que los no mencionados sean malos ni nada por el estilo, pero si quieres ser selectivo con tu tiempo, los de abajo son –sin lugar a dudas– los imperdibles.
Los mejores juegos de Bethesda en Xbox Game Pass
The Elder Scrolls V: Skyrim
¿Qué se puede decir de Skyrim que no se sepa a estas alturas? El juego estrenado en 2011 ha tenido conversiones a todas las plataformas posibles (incluso refrigeradores) y una vida muy longeva que después de una década lo mantiene vigente.
En Skyrim se narran los eventos del dragonborn, un hombre (o mujer) mortal pero con el poder y el alma de un dragón. Aunque lo importante en Skyrim no es tanto el argumento, sino lo que se puede hacer dentro del mundo del mismo nombre y la libertad con la que completar misiones, encargos varios o simplemente deambular por el lugar.
Skyrim es uno de los juegos más populares de la saga The Elder Scrolls, sino derechamente el más popular. Y si no lo jugaste antes, nunca es tarde para ponerse al día aprovechando su llegada a Game Pass.
Doom Eternal
La mítica y legendaria saga Doom revivió en 2016 con un juego homónimo que refrescó la fórmula del original y no solo eso: también se distanció del resto de juegos de disparos en primera persona con un formato menos realista, que fomentó el jugar de forma directa y sin esconderse de los monstruos del infierno.
Doom Eternal, si bien no fue una sorpresa como su antecesor, pulió aún más ese ritmo tan frenético. De la mano de un diseño de niveles soberbio, Doom Eternal fue uno de los grandes títulos del 2020 que cumplió con todas las expectativas previas. El sistema de glory kills se mantuvo intacto y la gran variedad de armas sirvió para complementar esa idea de un juego moderno, pero basado en mecánicas y sistemas de la vieja escuela.
Si estás cansado de los shooters con estética más realista o estilos de juego más tácticos y pausados, Doom Eternal te caerá como anillo al dedo.
Fallout New Vegas
La saga Fallout tuvo su primer gran cambio con Fallout 3, título que se olvidó de la perspectiva tradicional que existía hasta Fallout 2 para convertirse en un RPG en primera (o tercera persona), en el que los disparos eran parte importante, pero también la gestión de estadísticas, inventario y todo lo que siempre está asociado a los juegos de rol.
¿Y Fallout New Vegas? Este spin off de Fallout 3 fue desarrollado por Obsidian Entertainment y para muchos, en algunos aspectos superó al original. No solo en el número de bugs (una característica de estos juegos, por cierto) sino también en la forma de contar una historia y en las notables opciones narrativas y de diálogos. Fallout New Vegas es un juego muy recordado por los fans, que se lamentaron que Obsidian nunca tuviera la oportunidad de desarrollar una secuela.
Como dato curioso, Obsidian Entertainment también es parte de la reciente “familia Xbox” y precisamente The Outer Worlds se siente como una secuela espiritual de New Vegas, sin el nombre Fallout.
Wolfenstein: The New Order
Al igual que Doom, Wolfenstein pasó por varias décadas en segundo plano, hasta que Bethesda encargó a su estudio MachineGames una reinvención del pionero de los juegos de disparos en primera persona. El resultado fue Wolfenstein: The New Order, una nueva y moderna forma de eliminar nazis en formato videojuego.
The New Order cuenta las andanzas de B.J. Blazkowicz en un mundo donde los nazis ganaron la guerra y han hecho rápidos avances en cuanto a tecnología de guerra. Los sistemas de jugabilidad, coberturas y uso de armas son muy buenos y mezclan muy bien el estilo clásico con el moderno, pero además MachineGames le dio un importante foco a la narrativa y a ciertas decisiones del protagonista que alteran levemente la forma en que se desarrolla la historia.
Este renovado Wolfenstein fue tan bueno que dio pie a dos secuelas que también están en Game Pass (The New Colossus y Youngblood), pero es el primero el que dio la mayor sorpresa porque nadie esperaba que Wolfenstein regresase tan en lo alto.
Dishonored
Bethesda sigue produciendo juegos de sus sagas más míticas y recordadas, pero también le ha dado espacio a nombres nuevos en estilos algo distintos. Uno de esos nombres es Dishonored, un simulador inmersivo creado por Arkane Studios que, si bien se juega en perspectiva de primera persona, se basa en elementos más propios de los juegos de sigilo.
Dishonored está ambientado en la época victoriana y su protagonista es Corvo Attano, un guardaespaldas de la emperatriz que es acusado (injustamente) de un crimen. Para cobrar venganza, Corvo debe infiltrarse en diversos lugares de la ciudad de Dunwall (inspirada en la Londres industrial) y completar objetivos mediante sigilo o bien luchando cuerpo a cuerpo; lo importante está en que cada jugador puede decidir cómo hacerlo, utilizando elementos del entorno más las habilidades de asesino sobrenatural de Corvo.
Tal vez Dishonored no sea la franquicia más popular de Bethesda, pero los tres juegos de la serie hasta ahora han sido brillantes (y todos están en Game Pass, por cierto).
The Elder Scrolls IV: Oblivion
Antes de Skyrim, fue Oblivion el primer gran RPG de acción de Bethesda para consolas y tal vez el primero con un formato más moderno y un estilo de juego más refinado. Oblivion, al igual que su secuela, son de esos juegos que permiten olvidarse por completo de la línea principal de misiones y dedicarse a recorrer el mundo completando actividades diversas.
Bien puede decirse que Oblivion marcó un antes y un después en el mundo de los RPG de mundo abierto para un solo jugador y plagados de actividades, que hasta entonces era más común encontrar en títulos MMO. Muchos jugadores no asiduos al género de rol tuvieron su primer acercamiento a este con Oblivion, que pavimentó el camino para lo que vino después con Skyrim y The Elders Scrolls Online.
A día de hoy, Oblivion puede verse algo anticuado por sus gráficos o su puesta en escena, pero sin lugar a dudas es un juego trascendental en el catálogo de Bethesda y no por nada es considerado dentro de los videojuegos más importantes de la historia.
Fallout 4
Después de Fallout 3 y de la inexistente continuación de New Vegas, Bethesda se puso al día con Fallout 4, una secuela que si bien se construyó sobre los cimientos de sus antecesores, puso varios elementos nuevos sobre la mesa.
Uno de esos elementos fue el enfoque en la construcción y gestión de estructuras a lo largo del mapa; luego, estas casas pueden ser habitadas por una comunidad, lo que trae varias ventajas -como por ejemplo, tener vendedores dentro- pero que a la vez deben ser mantenidas y provistas de agua, comida y otros enseres necesarios para los NPC. Por otra parte, se hicieron ajustes varios al sistema V.A.T.S, a las mecánicas de disparos y movimiento, además de que la puesta en escena fue mucho más moderna y atractiva.
Fallout 4 representó el peak de Bethesda con la franquicia luego de su cambio a entornos 3D y no por nada el juego sigue vigente a día de hoy. Fallout 4 es un muy buen punto de partida para quienes nunca han jugado algún título de la saga.
Doom 3
Luego de Doom, Doom II y sus diversas variantes en la década de los 90, id Software quiso dar un giro a la franquicia. Así nació Doom 3, que llegó en 2004 con un tono mucho más oscuro y sombrío que todos sus antecesores.
Esto porque el juego agregó algunos elementos más propios del género de terror, amén de que la construcción de los niveles fue mucho más cerrada que los de los primeros títulos. La presentación de la narrativa también fue renovada y a diferencia de las entregas donde todo era matar demonios sin parar, en Doom 3 aparecieron personajes no jugables en los niveles que daban información importante respecto a los eventos que van sucediendo en el juego.
Definitivamente, Doom 3 es muy distinto al resto de la saga, porque tanto los antiguos como los modernos se cimientan sobre una jugabilidad más del tipo vieja escuela; en cambio, Doom 3 buscó un ritmo más tranquilo y pausado en el que por ahí incluso puede haber más de algún susto. No fue el juego más alabado de la franquicia, pero definitivamente vale la pena jugarlo.
Prey
Los simuladores inmersivos son generalmente juegos extraños. Cada título basado en este subgénero tiene muy buena crítica, pero las ventas nunca los acompañan al nivel que por calidad quizás les corresponde. Y un gran ejemplo de esto último es Prey.
Prey fue creado por Arkane Studios, al igual que Dishonored, y transcurre en una gigantesca estación espacial en la que un experimento científico sobre una raza extraterrestre sale muy mal. De ahí en adelante, el protagonista Morgan Yu tiene que tratar de descubrir qué es lo que está pasando y para ello se vale de mecánicas de disparos en primera persona, opciones de sigilo, armas varias y mucha exploración por el mundo abierto que es el Talos I, la nave espacial.
La narrativa de Prey es muy interesante, ya que se basa en un universo alternativo en el que el presidente Kennedy sobrevivió al atentado y la carrera espacial nunca se terminó, sino que siguió adelante de forma colaborativa entre varios países. Prey es una verdadera joya que los fanáticos del subgénero inmersivo no se pueden perder.