Debo reconocer que me quedé fascinado: el Galaxy Z Flip de Samsung era algo realmente diferente, y en el fondo no era así puesto que Motorola se había adelantado ya con el Razr en la idea de un teléfono tipo almeja con pantalla plegable. Pero el Galaxy Z Flip era otra cosa: se trataba de un poderoso Samsung envuelto en un formato muy atractivo y que cabía en el bolsillo. Sin embargo, un precio desmedido (y en conflicto con el planteamiento del equipo) y un tamaño de pantalla que se quedaba un poco justo para mis necesidades.
Una pena que Samsung no hubiera optado por una pantalla más grande… Un momento ¿No es ese teléfono perfecto el Galaxy Fold? Súbitamente dejé de indagar en el Z Flip y comencé a comprobar las opiniones de quienes ya llevaban tiempo con el controvertido teléfono de Samsung, y la gran mayoría de sus propietarios estaban encantados.
Pero gastarse 2,000 euros en un teléfono que, en ningún caso, iba a ser el principal (soy usuario convencido del iPhone) era implanteable. Así las cosas, y a través de un tercero, me surgió la posibilidad de comprar un Galaxy Fold en perfecto estado y a mitad de precio, y no lo pensé dos veces: en unos pocos días llegó el mensajero de casa y por fin lo sostuve en mis manos.
Descubriendo el Galaxy Fold
Como he apuntado antes, mis planes pasaban por utilizar el Fold como algo intermedio entre mi iPhone 11 Pro y el iPad Pro de 12.9, para luego dejar que el teléfono me sorprendiera. Y vaya que lo hizo.
Samsung sabe bien que este dispositivo es un lujo para un perfil de usuario muy especial, y esto lo notas desde el momento que abres el embalaje: el Fold aparece ahí, en todo su esplendor, como una pantalla negra dispuesta a desvelar todos sus misterios, y todo parte de la configuración inicial, una experiencia bien planteada por el fabricante en el que se te insta a abrir la pantalla (no puede hacerse con el teléfono cerrado). Una vez configurado, el Fold actualizó a la última versión del firmware a la espera de recibir Android 10 en abril y ya estaba todo listo.
¿Cómo se siente en la mano? Lo primero que sientes es miedo. Y es literal. Al Galaxy Fold le precede la fama de delicado, frágil y con altas posibilidades de dañarse, y este es otro de los motivos por el cual no es mi teléfono principal. Pero en el fondo, las apariencias engañan: si bien es cierto que la pantalla plegable debe cuidarse y mantenerse limpia de polvo, y por otro lado, el Fold no cuenta con ninguna certificación IP que lo proteja del agua, la realidad es que es un teléfono sólido en la mano.
Uno tiene la sensación de tener un teléfono robusto y quienes han tenido la desgracia de comprobarlo con caídas accidentales, así lo confirman. El principal problema que ha tenido el Fold ha sido su pérdida de prestigio por un lanzamiento apresurado, pero es un dispositivo muy sólido.
¿En qué brilla especialmente?
Vaya por delante que estamos ante un dispositivo que rompe, en formato y diseño, con todo lo que hayas podido ver hasta ahora. El Fold es algo atípico y por eso los juicios vertidos sobre él dependerán del prisma desde el cual hayan sido hechos: quien lo usa como teléfono únicamente, descubrirá que la ausencia de resistencia al agua puede ser un problema, que si se lleva a la playa y se quiere hacer un selfie se corre un grave riesgo de dañar la pantalla, que si se anda con prisa, la pantalla exterior queda muy justa para escribir… Quienes lo quieran como tablet, encontrarán que la pantalla se queda un poco justa en tamaño y no podrán dejar de mirar el pliegue en la misma; verán que al ser todo pantalla, no hay un borde para sostener con seguridad el equipo.
¿Es todo esto relevante realmente? Dependerá del uso que le vayamos a dar. Vamos a desgranar lo positivo y negativo del equipo.
Aspectos positivos
- Pantalla soberbia: uno no puede esquivar este apartado; la pantalla del Galaxy Fold es sublime y se defiende bien en todos los terrenos. Mucha luz, poca luz, ver vídeos, leer… El pliegue interior no es realmente un problema sino como explicó en su momento Motorola (sobre el Razr), es una peculiaridad.
- Portabilidad: si bien mi uso es como segundo dispositivo, el Fold resulta idóneo para leer en la cama, ver Netflix o leer el periódico en un café; sostenerlo con una mano mientras se disfruta del contenido no tiene precio y saber que luego lo pliegas y lo guardas en la mochila sin ocupar espacio, tampoco.
- Diseño vanguardista: leí en un momento que debemos agradecer que algunas marcas innoven y rompan moldes con algunos equipos y con el Fold Samsung ha roto marcas. En un café o bar, si sacas el dispositivo y lo despliegas, verás las miradas de curiosidad y los más atrevidos te coserán a preguntas.
Aspectos negativos
- Precio y fragilidad: no se puede culpar realmente a Samsung por ello, ya que se trata de un teléfono casi prototipo y que abre un segmento, pero uno tiene la sensación de perderse mucho al no poder llevarlo a todas partes como teléfono principal.
- Agarre difícil: como he apuntado antes, que un teléfono sea todo pantalla tiene innegables ventajas, pero cuando alcanza el tamaño del Fold y dependiendo del tamaño de tus manos, el agarre resulta complicado puesto que apenas hay margen. Y esto, sin llegar a ser un problema, puede ser un poco incordio.
Como ves, al Galaxy Fold resulta muy complicado buscarle aspectos negativos y es que es un teléfono muy completo en el que prácticamente todo va bien. Y claro, no esperamos menos de una inversión de $2,000 dólares…