Atomicrops agrega caos y frenetismo a la post apocalíptica vida de granjero.
Lo bueno
- Mix de géneros más que interesante
- Items y objetos por doquier
- Rutina interesante donde todo tiene un propósito
- Estilo artístico llamativo e interesante
Lo malo
- Lleva un tiempo acostumbrarse a los controles
Raw Fury ha estado ocupando buscando nuevo talento en los últimos meses, y Atomicrops ya es uno de los conceptos más intrigantes y originales que hemos visto de ellos. En desarrollo por Danny Wynne, Toby Dixon y Joonas Turner, se trata de un videojuego que integra acción desde una perspectiva cenital con la creación y mantenimiento de una granja mientras luchamos por nuestras vidas. Los desarrolladores lo llaman el mix entre Nuclear Throne y Stardew Valley, pero es más que eso, y en nuestro tiempo con la demo quedamos fascinados con lo bien que se integran estos géneros tan diferentes entre sí.
Si hay algo que ha estado en auge y constante evolución por parte de estudios de videojuegos independientes han sido los roguelites, videojuegos en los que morir no siempre es el final definitivo de la historia, y siempre obtienes algo en recompensa que puedes utilizar en tu próxima partida. Pero también hemos visto más y más títulos integrando la opción de administrar tu propia granja, haciendo crecer diferentes tipos de cultivo para así lograr dar con suministros. Sin dudas son dos géneros completamente distintos, el primero siempre enfocado a una acción más bien frenética, mientras que su contraparte te permite que te lleves tu tiempo con calma. Entonces, ¿cómo se integran ambos géneros en una sola experiencia? Tuvimos la oportunidad de jugarlo en E3 2019 y te contamos cómo es la experiencia.
Una combinación que no sabíamos que necesitábamos en nuestras vidas
La verdad es que hacen de una pareja que nunca supimos que necesitábamos en nuestras vidas, pero toma un tiempo llegar a acostumbrarse. Además de los controles de movimientos típicos hacia cualquier dirección, tenemos un botón asignado a disparar, otro para interactuar con objetos, dos para elegir entre semillas, uno adicional para plantarlas y otro para recolectar lo que cosechemos. No se puede esquivar en el juego, así que todos los proyectiles que se acerquen a nuestra dirección deben ser eludidos moviéndonos de forma precisa y rápida.
Atomicrops está dividido en estaciones tal como Stardew Valley, pero aquí son más rápidas y el ciclo toma considerablemente menos días en completarse. La rutina diaria se basa en explorar todo lo que podamos durante el día, yendo a campamentos enemigos a enfrentarnos a todo tipo de criaturas para así obtener loot, desde items que nos ayudarán de forma permanente con alguna mejora para el personaje hasta lo más importante: semillas. Una vez que obtengamos todo y la noche se acerque, debemos regresar a nuestra granja y comenzar a plantar todo. Pero es durante la noche que todos estos enemigos intentarán destruir nuestros cultivos, por lo que es crucial calcular bien el tiempo y saber cuándo volver a hacer guardia.
Es durante la noche que todos estos enemigos intentarán destruir nuestros cultivos.
Plantar y cosechar es bastante fácil e intuitivo, pero requiere de varios pasos previos. Primero, sólo podemos hacerlo dentro de la zona asignada que tenemos, divida como si de celdas en una grilla se tratara. Allí debemos utilizar un pico para preparar la tierra y recién ahí plantar las semillas. Luego debemos de darles agua, y esperar pacientemente a que el sol haga el resto del trabajo. Una vez listas debemos recolectar los cultivos, para así poder obtener dinero a cambio cuando termine la noche y volvamos al pueblo a vender.
Ya con nuestro dinero en el bolsillo, podemos comprar objetos para el personaje, o invertir en un arma y mejoras para la misma. Algo curioso es que esta nueva arma solamente estará disponible durante ese nuevo día, por lo que siempre nos enfrentamos a una elección. ¿Es mejor invertir en un arma que sabemos que va a desaparecer, o ahorrar tal vez una noche más para obtener una mejora que pueda beneficiarnos a largo plazo?
Claro que nuestra economía depende de cuánto logremos cultivar a diario, por lo que la integración de ambos sistemas es crucial para el corto y largo plazo. Incluso, una vez que la temporada termine, nuestro desempeño será evaluado durante un festival en el pueblo. Dependiendo qué tan bien nos haya ido influirá en las personas que logramos salvar, y esto estará ligado a la recompensa que obtendremos. En nuestra primera temporada, de hecho, nos fue bastante mal. Pero en la segunda y última logramos obtener todos los bonuses, lo cual no sólo nos dió satisfacción sino también loot por doquier.
Hay un gran potencial en Atomicrops
Por suerte esta no es la única ayuda que obtendremos en Atomicrops. Además de semillas y mejoras para tu personaje, puedes encontrar pergaminos que otorgan mejoras muy poderosas para un día en particular. Entre los premios obtenidos del festival, pudimos hacer uso de una torreta que ocupaba un espacio en nuestra «grilla» de la granja, pero que era indispensable para agregar una línea más de defensa. También vimos a una vaca con un balde de agua que nos ayudaba a mantener nuestro cultivo hidratado, y una aplanadora que tardaba tiempo en recargarse para ser utilizada, pero que podía cubrir una parte muy grande del mapa alrededor de una granja, cortando así vegetación del suelo y dándonos semillas por la zona donde pasara por encima.
Puedes encontrar pergaminos que otorgan mejoras muy poderosas para un día en particular.
Algo muy gracioso es que el personaje principal puede casarse con alguien del pueblo si le entrega una cantidad determinada de flores, y esta alma gemela pasará a acompañarnos en nuestras aventuras, disparando con nosotros y cubriéndonos las espaldas. Todo hace a una experiencia que es más bien frenética para un título donde tenemos nuestra propia granja, pero el balance parece estar en muy buen camino. Hay un gran potencial en Atomicrops si te permites darte un tiempo en entender sus elementos nuevos en este mix de géneros, y no podemos esperar a conocer más al respecto.