Un grupo de estudiantes de la Georgia Tech University denominado Wreck Racing convirtieron el primer híbrido de Honda en un auto de carreras de motor central. Comenzaron con un Insight algo dañado, al cual le fueron quitando virtualmente cada componente que no fuese necesario para moverse, todo con el fin de perder peso. Toda su parte delantera y trasera fue cambiada.
Casi es más rápido decir lo que tiene dentro que ya no tiene. Hay un volante del mercado de accesorios, una palanca de cambio, un asiento de cubo y un grupo de instrumentos analógicos. Finalmente, el tren propulsor gasolina-eléctrico del Insight original fue arrancado y reemplazado por un motor de seis cilindros donado por un Subaru SVX. Este 3.3 litros produce 230 caballos de fuerza y 228 libras-pie de torsión. A principios de los años 90, el coupé SVX era el miembro más poderoso de la alineación Subaru por bastante.
Meter un seis en línea en la estrecha bahía de un Insight resultaba excesivamente difícil, por lo que los de Wreck Racing decidieron trasladar el motor a la parte trasera del asiento del conductor. Hace girar las ruedas traseras a través de una transmisión manual de cinco velocidades, heredada de un Outback o de un Impreza. El cambio suena impresionante, y lo es, haciendo su parte trasera muy pesada y su parte delantera muy ligera.
Wreck Racing reconstruyó todo el sistema de suspensión para asegurarse de que el carro no terminara volcando a las primeras de cambio. Los trozos y piezas de la parte delantera se obtuvieron de un Ford Crown Victoria, modelo clásico de los taxis de la ciudad de Nueva York. El producto final es un verdadero Frankenstein, sí: pero de alguna manera funciona, y estamos seguros de que es aún más divertido de lo que parece.