Este jueves 14 se dará al puntapié inicial la Copa Mundial Rusia 2018, evento que llevamos esperando… Pues sí: exactamente cuatro años, desde la final de Brasil 2014. Así nos tiene la FIFA…
32 países representados por sus selecciones nacionales, y millones y millones de ojos puestos sobre un objeto con el cual muchos soñamos desde niños: la pelota; el balón; el esférico; la redonda: el verdadero y único protagonista eterno de esta fiesta universal.
Será la 21ª vez que se juegue un mundial, ocasión en la cual se estrenará el 21º balón oficial. Sí, créelo: cada Copa del Mundo ha tenido su balón específico, aunque algunas veces apenas si se notaron los cambios. Pero los hubo, y no solo de nombre.
Sin más preámbulos, te contamos a continuación una parte de la historia de los mundiales a través de la historia de sus balones oficiales:
Pelota Argentina de 12 Paneles Tiento/Modelo T (uruguayo) – Mundial de Uruguay 1930
El Mundial de Uruguay de 1930 no sólo tuvo la particularidad de jugarse por primera vez, sino que, además, se jugó con 2 balones: la llamada Pelota Argentina de 12 Paneles (Tiento), elaborada con cuero argentino, con una vejiga de cerdo en su interior para mantener el aire, metida y fijada con un cordón de piel de animal anudado, como si se tratase de un zapato. El Modelo T uruguayo era prácticamente igual, salvo que en lugar de cuero argentino, se usó cuero de Uruguay. En la final se usó el modelo argentino en el primer tiempo, y el uruguayo en el segundo.
Al tratarse de cuero animal, la pelota nunca era del todo esférica. Las mismas patadas le iban deformando, y si además caía lluvia, se hacía muy pesada. Por si esto fuese poco, el cordón que mantenía la vejiga dentro de la pelota disuadía a cualquiera de intentar cabecearla. En definitiva: una auténtica pieza de arqueología, se mire por donde mire.
Federale 102 – Mundial de Italia 1934
En cuatro años la historia no cambió mucho, con la excepción de que en lugar de usar cuero argentino o uruguayo… pues evidente: se usó cuero italiano, manteniendo el diseño de gajos en forma de T y la vejiga animal en su interior
Pero ¡sí!, hubo aquí una pequeña innovación: en lugar de usar un cordón de cuero para abrocharla, se usó un cordón de algodón, lo cual la hacía menos peligrosa (dolorosa) si alguien se atrevía a cabecear.
Allen – Mundial de Francia 1938
Vamos avanzando… pero lentamente. La pelota continúa siendo de piel de animal, aunque ahora la vejiga de porcino es reemplazada por una válvula, no siendo ya necesario desabrochar la pelota para inflarla.
Super Ball Duplo T – Mundial de Brasil 1950
El desastre que significó la Segunda Guerra Mundial interrumpió la organización de los Mundiales de fútbol por 12 años. Después, en el mundo había cosas más urgentes que evolucionar en un balón de fútbol. Visto a la rápida, se mantuvo prácticamente igual que el modelo usado en Francia ’38: cuero animal y válvula inflada a través de un pico. Eso sí, con un cuero u poco más curtido, y unas costuras más disimuladas, lo cual hacía el balón más esférico y un poco (poquito) más ligero. Ojo, que estamos ante un balón histórico… aunque infausto para los brasileños, ya que con el Super Ball Duplo T se vivió el “Maracanazo”, en el cual los locales perdieron la copa ante Uruguay.
Swiss World Champions – Mundial de Suiza 1954
Unos gajos cosidos entre sí dieron forma al balón disputado en tierras helvéticas y que coronó a Alemania por primera vez en lo más alto (aunque habría que precisar: Alemania Federal).
La gran novedad de este nuevo balón es doble. Por una parte, por primera vez no se aprecia ya ninguna costura exterior. Además, también por primera rueda por las canchas con colores anaranjados y amarillos. Adiós al antiguo balón marrón… por un tiempo.
Top Star – Mundial de Suecia 1958
Cuatro años después, los gajos en forma de T se mantuvieron, aunque esta vez hubo dos colores: amarillo y blanco, los cuales le trajeron por fin la suerte a la —hasta entonces— sufrida Brasil, que pudo coronarse por primera vez con un golazo de un jovencísimo Pelé, el cual pasó a la historia como uno de los goles más hermosos de todos los tiempos.
Mr. Crack – Mundial de Chile 1962
El Mr. Crack chileno aumentó sus paneles a 18, haciéndolo así más esférico. Como todos los balones de los mundiales anteriores, era enteramente fabricado en el país anfitrión, y en el caso mismo de Chile, se mantuvo como balón oficial de su Liga de Fútbol Profesional hasta 1980, ni más ni menos. En Brasil lo amaron, ya que con él se coronaron campeones por segunda vez consecutiva.
Slazenger Challenge 4-Stars – Mundial de Inglaterra 1966
La fiesta del Mundial volvió en 1966 al país que vio nacer el deporte-Rey. La empresa Slazenger —muy activa hasta el día de hoy— fue la encargada de diseñar este balón en el cual se volvió a los gajos regulares (25). Por “tradicionales” a los ingleses no les gana nadie, y prueba de ello es que se volvió al color marrón, aunque la final se disputó con una llamativa pelota de color naranja. ¿Habrá influido este color en el que es —hasta la fecha— el “gol fantasma” más célebre de la historia de los Mundiales? Quizá.
Telstar – Mundial de México 1970
Y ahora sí: la auténtica revolución. O, al menos, la más importante. La pelota que rodó por tierras aztecas estaba hecha de cuero y con 32 gajos blancos y negros cosidos a mano, diseño que marcó un antes y un después en la historia de los balones, y que muchos asociaremos al diseño “por antonomasia” de la pelota de fútbol. Además, fue el primer balón manufacturado por una transnacional de renombre: Adidas, proveedor exclusivo de balones para los mundiales desde entonces hasta 2030 (¡wow!).
“Telstar” viene de “Television Star”, estrella de televisión. Resulta que el Mundial de México fue el primero que contó con una cobertura televisiva planetaria, y se necesitaba que el balón pudiese distinguirse bien en las pantallas de todo el orbe. A Adidas le pareció que una bola poblada de pentágonos negros y hexágonos blancos se vería de lejos. Excelente idea. Se fabricó en España y en Francia.
Telstar Durlast – Mundial de Alemania Federal 1974
El Telstar no tuvo muchos cambios en su viaje de México a Alemania, aparte de cambiar las letras de dorado a negro. Y aunque el Mundial fue en Alemania —y Adidas es una marca alemana— se optó nuevamente por fabricar el Telstar Durlast fuera del país teutón.
Tango – Mundial de Argentina 1978
Otra revolución, esta vez estética. En vez de pintar los pentágonos en negro y los hexágonos en blanco, Adidas decide pintar en estos últimos una triada negra que, al unirse con las otras, crea la ilusión óptica de 12 círculos idénticos rodeando el balón.
Imitado hasta la saciedad por otras marcas, este diseño se siguió utilizando en los cinco mundiales siguientes. Además, a nivel de textura, ofrecía una mayor impermeabilización, la cual —aunque no perfecta— evitaba el aumento de peso por la absorción de agua.
Tango España- Mundial de España 1982
Si algo funciona, no lo cambies. Al menos, esa parece ser la máxima de Adidas, que mantuvo el diseño Tango para el Mundial de España, aunque lo varió un poco agregando poliuretano y costuras aún más finas, todo por conseguir la tan ansiada impermeabilización total (la cual tardaría más de 20 años en llegar…).
Azteca – Mundial de México 1986
Adidas ya había revolucionado la historia de los balones de fútbol en el Mundial de 1970, y volvía a hacer escuela nuevamente en México ’86. Por primera vez, un balón de fútbol estaba hecho enteramente de material sintético, dejando el cuero animal para los bolsos, zapatos y las chaquetas de Harley-Davidson.
La microfibra sintética utilizada en el Azteca le otorgan una mayor resistencia e impermeabilización. Viendo el gol histórico que Maradona hizo a los ingleses con él, habrá que admitir que los de Adidas hicieron un muy buen trabajo.
Etrusco – Mundial de Italia 1990
Es considerado por muchos como el balón más hermoso que se haya usado en una Copa del Mundo. Su diseño Tango con leones etruscos es, a día de hoy, una costosa pieza de coleccionista, y con toda la razón del mundo.
A nivel tecnológico, la microfibra exterior ha sido pulida y presenta un aspecto aún más agradable al tacto y a la vista. En su interior, además, se agrega una capa de espuma negra de poliuretano, siendo más reactivo a los golpes, botando mejor y mejorando todavía más su impermeabilización.
Questra – Mundial de Estados Unidos 1994
Las tierras del Tio Sam organizaron un mundial cuyo balón contaba con una capa de espuma blanca de polietileno de alta tecnología, la cual lo dotaba de una buena recuperación energética. Era además más suave, más controlable y mucho más rápido al chutarlo. Hizo campeón a Brasil por cuarta vez en su historia.
Tricolore – Mundial de Francia 1998
Su nombre hace alusión evidente a la liberté, égalité et fraternité, lema oficial de la república francesa representada por los colores azul, blanco y rojo. Adidas añadió a su diseño micro-burbujas altamente resistentes. Su exterior era de poliuretano compacto, y en su interior había mallas de estabilidad, espuma de polietileno y mallas de fibra trenzadas. Todo esto aumentó su durabilidad, además de proporcionarle una mayor recuperación energética y capacidad de respuesta. Es considerado por muchos nostálgicos como el último balón realmente “bonito” que se vio en los Mundiales de Fútbol. Ah: y fue el primero en fabricarse en su totalidad en Asia.
Fevrnova – Mundial de Corea del Sur y Japón 2002
El primer mundial de este nuevo siglo cambió varias cosas. Para empezar, el dibujo de su exterior, que dejó de seguir el patrón del inolvidable Tango de Argentina ’78. Su diseño incluyó una capa de espuma refinada y una carcasa de tres capas tejidas que le daban una trayectoria más constante, lo cual muchas veces es sinónimo de “predecible” y… bueno: de allí a “aburrido” hay solo un paso. O un chut.
+Teamgeist – Mundial de Alemania 2006
“Espíritu de equipo” vendría siendo la traducción del alemán de este balón que, entre otras cosas, terminó definitivamente con el exterior de 32 paneles de pentágonos y hexágonos que veníamos viendo desde 1970. Ahora, en vez de 32 piezas geométricas vemos 14 gajos que —por ser menos— reducen los puntos de contacto entre las piezas y le otorgan una mayor esfericidad.
Pero la revolución alemana no se queda allí. Fue además el primer balón en no llevar sus gajos cosidos, sino sellados herméticamente, siendo por ello el primer balón —en teoría— 100% impermeable de la historia de los mundiales. Ya podía llover todo lo que quisiera, que la pelota nunca ganaría peso.
Jabulani – Mundial de Sudáfrica 2010
En Adidas pensaron que si de 32 piezas cosidas habían bajado a 14 piezas selladas, bien podían ahora bajar 8. Una capa de supercarbonato lo hacía aún esférico y muy, muy difícil de parar. ¿El resultado? Si el Fevrnova resultó un tanto aburrido por lo predecible, el Jabulani fue objeto de las más duras críticas jamás hechas a un balón de fútbol oficial, especialmente por los arqueros. De todos los de esta lista, ha sido el más odiado y vilipendiado. Y eso que su diseño de colores era bastante bonito… ¿Qué pensará Andrés Iniesta?
Brazuca – Mundial de Brasil 2014
Rodaron cabezas en Adidas después del fiasco del Jabulani. Para 2014, el nuevo balón oficial tuvo seis paneles de poliestireno unidos térmicamente que ayudaban a mantener el mismo peso y la misma redondez incluso bajo las condiciones más infernales. Su interior está hecho de látex, lo que lo hace prácticamente indeformable.
Hasta el día de hoy, es la pelota que más pruebas ha tenido en la historia. Lo pusieron a prueba más de 600 futbolistas profesionales, y 30 equipos en diez países repartidos por tres continentes. Los alemanes de Adidas habrán quedado contentos con el resultado… sobre todo después del 7 a 1 que le endosaron a los dueños de casa en semifinales.
Telstar 18 – Mundial de Rusia 2018
Y aquí está, finalmente: el objeto de nuestra supina devoción por las próximas cuatro semanas. Cuenta un aspecto algo “retro” que homenajea al Telstar original de México ’70… Aunque nada más lo une a él. El nuevo Telstar tiene apenas seis paneles blancos y negros sellados térmicamente. Además, se incluye en él por primera vez un chip en su interior, el cual no afectará en lo más mínimo su rendimiento. A partir de hoy veremos qué tal va. ¡Comienza a rodar ya, de una buena vez!