Samsung, la gigante surcoreana, ha logrado consolidarse como una de las principales marcas de tecnología en el mundo. Desde su incursión en la electrónica en la década de 1960, Samsung ha expandido su catálogo hasta incluir productos que usamos a diario: televisores, celulares, refrigeradores y hasta relojes inteligentes. Sin embargo, no todo lo que la compañía produce está exento de problemas y escándalos. A lo largo de los años, Samsung ha enfrentado varios retiros importantes de productos debido a fallas que, en algunos casos, han puesto en riesgo la seguridad de sus usuarios. A continuación, revisamos algunos de los retiros más relevantes en la historia de Samsung.
Samsung Galaxy Note 7 (2016)
El caso más icónico y posiblemente el más perjudicial para la reputación de Samsung fue el retiro del Samsung Galaxy Note 7 en 2016. Este modelo prometía ser uno de los mejores celulares inteligentes del mercado, pero todo se desmoronó cuando comenzaron a surgir informes de que las baterías de iones de litio de los dispositivos estaban sobrecalentándose y, en algunos casos, explotando. La situación se volvió tan grave que el Departamento de Transporte de los Estados Unidos prohibió que se llevaran estos teléfonos en aviones.
Samsung intentó relanzar el Note 7 con baterías nuevas, pero los problemas persistieron, lo que llevó a la compañía a retirar definitivamente el modelo y ofrecer reembolsos completos o dispositivos de reemplazo. Aunque Samsung siguió lanzando nuevos modelos de la serie Note, el Galaxy Note 7 dejó una marca imborrable en la historia de la marca, y algunos creen que fue el comienzo del fin para esta línea de productos, que fue descontinuada en 2021.
Lavadoras Samsung (2016)
El mismo año en que se retiró el Galaxy Note 7, Samsung enfrentó otro gran problema: un retiro masivo de lavadoras. Más de 2.8 millones de lavadoras de carga superior fueron retiradas del mercado debido a un defecto que hacía que la tapa se desprendiera durante el ciclo de lavado.
Los consumidores afectados podían optar por reparar sus lavadoras o recibir un reembolso parcial para la compra de un nuevo electrodoméstico. Este retiro afectó gravemente la percepción pública de la fiabilidad de los electrodomésticos Samsung y marcó un momento difícil para la compañía.
Lavadoras Samsung (2022)
En 2022, Samsung volvió a enfrentar problemas con sus lavadoras. Esta vez, el problema era el sobrecalentamiento de 14 modelos de lavadoras de carga superior debido a un fallo en el panel de control, lo que nuevamente representaba un riesgo de incendio. Sin embargo, a diferencia de retiros anteriores, este se pudo solucionar con una actualización de software.
Los clientes con lavadoras habilitadas con Wi-Fi pudieron descargar la actualización automáticamente a través de la aplicación SmartThings de Samsung. Para quienes no disponían de conexión Wi-Fi, Samsung proporcionó un dongle para que pudieran instalar la actualización manualmente. Este fue el primer retiro en la historia de los electrodomésticos que se resolvió mediante una actualización de software por aire (OTA), lo que le dio un matiz histórico a este incidente, aunque no por las mejores razones.
Estufas eléctricas de Samsung (2024)
En agosto de 2024, Samsung enfrentó uno de sus retiros más recientes y significativos, que involucró estufas eléctricas de rango superior. El problema surgió debido a la facilidad con la que se podían activar los controles, tanto por accidente como por las mascotas de los usuarios. Este defecto provocó más de 250 incendios reportados, junto con daños materiales y lesiones. El retiro afectó a 30 modelos distintos de estufas, sumando más de 1.1 millones de unidades.
En lugar de devolver las estufas, los clientes podían recibir bloqueos de control o cubiertas para prevenir el problema. Además, las estufas con Wi-Fi ahora pueden enviar notificaciones a los teléfonos inteligentes para alertar a los usuarios si la estufa está encendida.
Samsung: un gigante de la tecnología no exento de problemas
Aunque Samsung ha demostrado ser un titán en la industria tecnológica, estos retiros masivos han puesto de manifiesto que incluso las empresas más grandes pueden enfrentarse a serios desafíos cuando surgen problemas de calidad y seguridad. La compañía ha mostrado una capacidad de respuesta y adaptabilidad al abordar estos problemas, aunque no sin un costo significativo para su reputación.