Una revolución en la aplicación de códigos QR están realizando investigadores japoneses de la Universidad de Osaka, principalmente en los alimentos para que, por ejemplo, la gente pueda ver de dónde proviene la comida o sus ingredientes.
La idea es una forma de incluir una etiqueta comestible discreta incrustada dentro de la comida, en sus experimentos originales, galletas, que se puede leer sin tener que destruir primero la comida. Otra ventaja importante de su método, conocido como «interiqr«, es que la etiqueta no cambia la apariencia externa o el sabor de la comida en absoluto.
La carrera está en marcha para desarrollar etiquetas de alimentos comestibles que no sean tóxicas, no cambien el sabor o la apariencia de los alimentos y se puedan leer sin tener que destruir los alimentos en sí. El equipo de investigación de la Universidad de Osaka quería abordar todos estos problemas.
«Muchos alimentos ahora se pueden producir utilizando impresoras 3D», explica Yamato Miyatake, autor principal del estudio. «Nos dimos cuenta de que el interior de objetos comestibles como las galletas se podía imprimir para contener patrones de espacios vacíos para que, cuando se hace brillar una luz desde detrás de la galleta, un código QR se hace visible y se puede leer con un teléfono celular».
«Nuestro método de impresión 3D es un gran ejemplo de la transformación digital de los alimentos, que esperamos mejore la trazabilidad y la seguridad de los alimentos», dice el autor principal del estudio, Kosuke Sato. «Esta tecnología también se puede utilizar para proporcionar nuevas experiencias alimentarias a través de la realidad aumentada, que es un nuevo campo emocionante en la industria alimentaria».