La variante ómicron del SARS-CoV-2 fue detectada en Sudáfrica hace apenas un mes, pero su nivel de propagación comienza a preocupar.
En Estados Unidos, ómicron se encuentra detrás de 73 por ciento de los casos, de acuerdo con los últimos datos reportados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés). Las cifras muestran un incremento de casi seis veces en la proporción de infecciones por ómicron en solo una semana.
Es cuestión de tiempo antes de que ómicron sea dominante
Según los registros, la variante delta, que desde junio era la causante del mayor número de contagios en EE.UU., representó 26.6 por ciento de los casos de COVID-19 en la semana del 12 al 18 de diciembre. Sin embargo, ómicron también está detrás de aproximadamente 90 por ciento de las nuevas infecciones en la zona de Nueva York, en el sureste y centro-norte del país y en la costa noroccidental.
Los funcionarios de salud creen que es cuestión de tiempo antes de que ómicron se convierta en la mutación dominante, pues es la de mayor velocidad de transmisión que ha habido hasta ahora.
En este sentido, un grupo de investigadores de la Universidad de Hong Kong publicó un estudio que muestra que ómicron se contagia y multiplica 70 veces más rápido en los bronquios que la variante delta y que el virus original del SARS-CoV-2.
Además de su capacidad de propagación, también preocupa que según los estudios algunas vacunas como la de Pfizer protegen de manera parcial contra esta variante. Otras investigaciones señalan que la vacuna rusa Sputnik V podría ser una muy buena solución contra ómicron, pero por el momento la información no es del todo concluyente.