Los Dorados, el equipo de Culiacán, están en el fondo de la tabla y contratan a Maradona para inyectar vida al equipo. El periodismo deportivo vaticina un desastre.
Maradona es generoso y cálido con sus jugadores. La mayoría viene de orígenes humildes igual que él y lo admira como a un dios. Claro que un dios también puede ser cruel.
Los fanáticos del equipo están entusiasmados con el trabajo de Maradona. De repente, los Dorados ganan terreno y se acercan a la punta, algo impensable un año atrás.
Los Dorados están cerca de ganar el ascenso, pero Maradona tiene un exabrupto con los árbitros. De todas formas, la esperanza se mantiene y el equipo sigue luchando.
En el inicio de la nueva temporada, Maradona viaja a Buenos Aires para someterse a un tratamiento y deja al equipo sin dirección. Los rumores y la ansiedad crecen.
Un periodista compara la situación de Maradona en el equipo de Culiacán con su paso heroico por el Nápoles. Algo de inspiración es lo necesario para el próximo reto.
Contra todo pronóstico, Maradona y sus Dorados llegan a la final contra el rival de toda la vida. ¿Conseguirán el ascenso o se les escapa la tortuga?